(EN LA BOCANA) DESPLAZADOS EN SU ESPACIO!

La profe despacha los niños "llenitos" y les deja el "algo" para la casa. Una canoa vibra, al leve temblor de las aguas. En el kiosco, algunos pescadores se hamacan tratando de escapar del calor. La paciencia se apodera de todo, con la modorra del letargo.El paisaje se suspende en el tiempo, abrazado por el sol. Son las leves ondas, las únicas que llevan ritmo y destino. En las islas, el agua roba arenisca, como cuando un niño pasa suavemente la lengua por un suspiro y este se deshace al primer contacto.. 

De este lado y sobre un promontorio, se levanta una escuela blanca, con una puerta roja y una oxidada malla, que quizás solo sirva para tratar de quitarle de encima la amenaza del olvido. 

Es raro, pero viéndola así, viene a la memoria aquella vieja canción de Serrat: 

"Colgado de un barranco

duerme mi pueblo blanco,

bajo un cielo que a fuerza 

de no ver nunca el mar,

se olvidó de llorar".

Es la Bocana; una vereda de Guarinocito con la mejor particularidad de las tierras ribereñas: alberga en su orilla una escuela. "Mi escuela es grande y muy linda" dice Luisita, mirando a los ojos de su maestra como buscando complicidad. Ella la mira, se sonríe y calla.

Elsa, la maestra anfitriona, tiene el carácter de la ribera:es jovial y se expresa con la sonrisa.

Ella, tiene el don, el mando y la guía, en esos esos 25 metros... ¿Qué digo?!!!. De ese pequeño salón donde todo se hacina... 

Al sur, un armario desvencijado por el tiempo,  sostiene un viejo televisor y en sus anaqueles, amarillentas cartillas que a duras penas guardan estornudos. 
Entre ese sur, en límites con el occidente se alojan cinco equipos de computación con señales de obsolescencia.


En el centro, ocho mesas octagonales con olor a oxido, denotan el paso del tiempo y las muchas letras compuestas sobre sus tableros.

Al occidente, junto a la ventana, un computador y dos estantes donde se apilan las cartillas  del PTA. 
La maestra tiene a sus espaldas la brisa del patio y atiende uno a  uno a los niños en modalidad de Escuela Nueva.

La cocina ubicada en complejo aparte, consta de dos pequeñas piezas. Una mujer alta y jovial, hija de fundadores ataviada de blanco y con tapabocas va y viene ejecutando el menú. Contiguo, un pequeño mesón en ele con bancas de cemento, acoge a los niños. 

"muchos solo comen lo que les da la escuela" dice Elsa. "la mayoría vienen sin desayunar", dicen desde la cocina. 
"Que nunca falte la sopa, cierto profe ?" grita la niña mas grande del grupo. Un ventilador con aspas oxidadas y muerto hace algunos años decora el techo.

Al oriente está la vida de la región. Un río turbio que hace de cloaca a 14 departamentos. Río donde el papá de luisita saca el sustento de la familia. Un río que da y arrasa. "El río viaja y es como una maleta que lleva pescados" dice Jorge. 
Si, el río viaja y lleva miseria y dolor. Pero ojala eso, nunca lo sepa Jorje. Él solo sabe que hace unos años acabó con muchas cosas y casi con las de Dios.

Pero el río también canta!. Eso se los ha dicho Elsa para matizar la pobreza y entretener a sus niños, mientras sus padres pescan.

"Soy como el río Viajero

Que camina por la Vida,

Que va cantando un su paso

y besando las Orillas,

Que se abandona a la suerte

y su suerte le marchita;

soy como el río Que Pasa

. y se muere Día a día..

"A mi en la lancha no me da miedo". Dice un niño ufano, con cara de superhéroe.
 "Mire que ese niño se trepa en esos corrales y un día de estos le va a pasar cacho" contesta otra, como poniendo la queja... Claro, algo faltaba!

Faltaba el patio. En algún tiempo, alguien jugó aquí minibaloncesto. Una malla pegada en la pared lateral del baño, así lo indica. "deporte de Liliput". Paradoja de ejercicio físico a juzgar por lo visto.

Los corrales de la finca aledaña a la escuela, sirven de parque temático a los niños. "Ni siquiera fútbol se puede jugar aquí" se lamenta otra vez Jorge. 

¿Se han preguntado: cómo se divierten los niños de los pescadores?

En breve, atracará la lancha que los llevará aguas arriba a yeguas Piedralinda, o la flor.

Otros tomarán el transporte para la Petrolera, Camelias; Perico; Guadalupe; Villasanta; la mina o Manantiales, es decir, volverán a sus ranchos y palafitos de tabla. Los que mas, ruegan porque el río no se crezca y se les lleven las islas.

Parecería un panorama demasiado desolador. Pero puedo dar fe, que en los rostros de los niños no existe tristeza. Mucho me temo que son felices. Que así su escuela se esté cayendo, sigue siendo blanca con portón rojo.

Esta alegría, se las brindó un hombre humilde y recio. Un mecenas de esos temerosos de Dios: Don POLO BELTRÁN. Él,  les regaló esa tierra para que hicieran la escuela. 

Todo fuera muy lindo, sino no fuera porque hace ya muchos años, alguien invadió la mitad del espacio y dejó a los niños hacinados y los desplazó en su propia escuela. ¡Son desplazados!. Alguien les quitó la mitad de la escuela y a los políticos les da miedo devolverle la escuela a los niños. ¡Prefieren cerrarla! dicen las madres.

Los niños no lo entienden... no tienen porque entenderlo... Así los que saben entiendan, pero se hagan los desentendidos*.

¡Con tal es que La profe despache los niños "llenitos" y les deje el "algo" para la casa!

Mientras tanto...

 

 "Y los viejos

sueñan morirse en paz,

y morir por morir,

quieren morirse al sol.

La boca abierta al calor, como lagartos.

Medio ocultos tras un sombrero de esparto.

Escapad gente tierna,

que esta tierra está enferma,

y no esperes mañana

lo que no te dio ayer,

que no hay nada que hacer".

                                            Sigue cantando Serrat

* Dicen que lo mejor, es acabar la escuela!.. A la final, estoy seguro, será la solución triunfante, así no la entienda.